En el evangelio de San Lucas se nos narra la Anunciación del ángel Gabriel a María, su saludo fue «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Y ante el anuncio que le hace de ser Madre de Dios, María le dice «¿Cómo será eso?». (Lc 1, 26-38)
Cuantas veces en nuestra vida hay una situación, un momento en el que todo cambia, no entendemos, parecía que todo ya estaba encauzado, pero ahora hay que recolocarse y nos preguntamos también ¿qué hacer?, ¿por qué esto ahora?. Y aunque nuestra fe nos traiga un saludo de Dios que nos comunica alegría, esperanza, amor, ánimo y fuerza para seguir, dudamos.
A la pregunta de María, el ángel responde: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios”.
La aclaración del ángel es una frase compleja, abrumadora, ¡cómo es posible que a una persona tan sencilla le digan que será madre de Dios!. Y de los labios de María sólo sale este «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» que cambiará su vida y la del mundo. Todo un ejemplo de confianza y entrega. Ella se pone en manos de Dios, deja que Él guie su vida, no hay más preguntas. Su pariente Isabel la necesita y va a cuidarla, también a compartir este gran secreto que sucede en su vida.
Todo cambio en mi vida es una oportunidad para dejar hacer a Dios su obra en mí. Con la misma actitud que María responde al anuncio que el ángel le hace, queremos también nosotros responder a Dios. Y en un acto como es el Acies, nos ofrecemos a María para que Ella nos impulse a decir SI a Dios como Ella lo hizo. El Manual nos recuerda que para Legión tienen una gran importancia la devoción a María, por ello el día 25 de marzo -o en una fecha lo más cercana a ésa- cada año nos consagramos a Ella los legionarios, individual y colectivamente.(Manual cap 30, p 1)
No puede ser algo rutinario, ni mucho menos un acto que pase inadvertido. Debemos prepararnos bien, pensar en todas las gracias y beneficios obtenidos desde que pertenecemos a Legión de María. Como hemos ido evolucionando en cuanto a nuestras cualidades personales y sobre todo en el cambio experimentado en nuestro espíritu. Para que el Acies sea una auténtica fiesta debemos dar un SI con el corazón y decir "Madre no quiero defraudarte", quiero imitarte y serte fiel hasta el final.
¡Soy todo tuyo, Reina mía, Madre mía y cuanto tengo tuyo es!.
En el evangelio de San Lucas se nos narra la Anunciación del ángel Gabriel a María, su saludo fue «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Y ante el anuncio que le hace de ser Madre de Dios, María le dice «¿Cómo será eso?». (Lc 1, 26-38) Cuantas veces en nuestra vida hay una situación, un momento en el que todo cambia, no entendemos, parecía que todo ya estaba encauzado, pero ahora hay que recolocarse y nos preguntamos también ¿qué hacer?, ¿por qué esto ahora?. Y aunque nuestra fe nos traiga un saludo de Dios que nos comunica alegría, esperanza, amor, ánimo y fuerza para seguir dudamos.
A la pregunta de María, el ángel responde: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios”.
La aclaración del ángel es una frase compleja, abrumadora, ¡cómo es posible que a una persona tan sencilla le digan que será madre de Dios!. Y de los labios de María sólo sale este «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» que cambiará su vida y la del mundo. Todo un ejemplo de confianza y entrega. Ella se pone en manos de Dios, deja que Él guie su vida, no hay más preguntas. Su pariente Isabel la necesita y va a cuidarla, también a compartir este gran secreto que sucede en su vida. Todo cambio en mi vida es una oportunidad para dejar hacer a Dios su obra en mí. Con la misma actitud que María responde al anuncio que el ángel le hace, queremos también nosotros responder a Dios.
Y en un acto como es el Acies, nos ofrecemos a María para que Ella nos impulse a decir SI a Dios como Ella lo hizo. El Manual nos recuerda que para Legión tienen una gran importancia la devoción a María, por ello el día 25 de marzo -o en una fecha lo más cercana a ésa- cada año nos consagramos a Ella los legionarios, individual y colectivamente.(Manual cap 30, p 1)
No puede ser algo rutinario, ni mucho menos un acto que pase inadvertido. Debemos prepararnos bien, pensar en todas las gracias y beneficios obtenidos desde que pertenecemos a Legión de María. Como hemos ido evolucionando en cuanto a nuestras cualidades personales y sobre todo en el cambio experimentado en nuestro espíritu.
Para que el Acies sea una auténtica fiesta debemos dar un SI con el corazón y decir "Madre no quiero defraudarte", quiero imitarte y serte fiel hasta el final.
¡Soy todo tuyo, Reina mía, Madre mía y cuanto tengo tuyo es!
Que cada palabra brote de lo más profundo de nuestro ser, como un acto libre y voluntario de entrega generosa al espíritu Santo y a María, por habernos elegido para ser colaboradores en la misión de evangelizar a nuestros hermanos, sabiendo que tenemos que poner más esfuerzo, más perseverancia, más ilusión. Evitar todo lo negativo para que Ella se sirva de nosotros en el cumplimiento de la voluntad de Dios.
Y hacer de nuestro trabajo una ofrenda que colocamos a sus plantas cada día, en prueba de nuestro amor.
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