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ALLOCUTIO por el
FR. BEDE McGREGOR O.P. (Q.E. D.)
Director Espiritual
del Concilium
(Mayo 2015)

El Regalo de la Voluntad de Dios
El Papa Francisco, dijo recientemente que como
católicos nos preparamos para celebrar el extraordinario Año Santo de la
Misericordia y recoge la obra de Dante y nos sirve como una guía espiritual.
Tal vez, algunos legionarios en muchas partes de este mundo extenso de nuestra
Legión, no puedan tener acceso a este gran poeta italiano, pero déjenme tomar
sólo una cita famosa que me va a dar el tema de este Allocutio: 'La Voluntad de
Dios, es nuestra paz.
Por supuesto, este tema no sólo es fundamental para la
poesía de Dante; es el centro dinámico de la vida de Jesús y de María. Y si uno
lee y ora el Manual, verá que el tema es abrumador y en última instancia, siempre buscamos y hacemos
la voluntad de Dios. La Legión, tiene que ver con el plan de Dios, para la
creación, Su plan de Redención y cooperación con la providencia es amoroso por
la salvación de todas las almas. Debe ser obvio que la Legión y cada legionario
individualmente no quieran hacer otra cosa que la voluntad de Dios. ¿Por qué
eso? Pues bueno, Dios es infinitamente bondadoso y amoroso y Él, no puede disponer otra cosa
sino lo que es lo mejor para nosotros. A veces, debido a nuestras limitaciones
humanas, no podemos ver la voluntad de Dios, en las circunstancias y eventos
que parecen ser incomprensible totalmente negativos, dolorosos e irracionales,
sin embargo lo que Dios, quiere o permite sólo puede estar finalmente para
nuestro máximo beneficio. Esta es nuestra fe, esta es nuestra verdad, que Dios,
no puede hacer otra cosa más que amar. Que Dios, no sólo tiene amor, Dios es el
amor.
Jesús, explica que Él, vino a la tierra sólo para
hacer la voluntad del Padre, y en su agonía en el Huerto Él, clama: 'Hágase tu
voluntad' a pesar del terrible sufrimiento que esto implicaría. Fue
precisamente a través de esta obediencia a la voluntad de Dios, hasta el final
en la cruz, que se logró la salvación de la humanidad y por lo tanto el mejor
bien posible que se le puede ofrece ahora a la humanidad. Y cuando el Señor nos
enseña a orar, el corazón de su oración es, hágase tu voluntad. Nunca puede
haber oración más sublime que esas cuatro pequeñas palabras. No siempre será
fácil decir esta oración. Puede haber momentos en los que se puede requerir una
gran cantidad de gracia y de heroísmo. En esos momentos, donde la comprensión
deja de ser operativa, cuando estamos en la oscuridad total, esta oración, se
vuelve sublime y los beneficios para nosotros mismos, para la Iglesia y para el
más allá, serán incalculables. Tal vez debemos aprender a rezar esta oración en
los momentos menos dramáticos de nuestra vida, para que cuando surjan las
situaciones más difíciles, ese profundo hábito de la devoción a la Voluntad de
Dios, nos sea de gran ayuda.
Pero pasemos ahora a María. Como era de esperar, la
oración más decidida de María, es también, hágase tu voluntad. Su gran
"Sí" a la invitación de Dios, para ser la Madre de Dios, también
incluyó un "Sí" para el plan
total de Dios, para Ella, y también para todos nosotros. Ella, también nos enseña
la misma verdad de Caná: "Haced lo que Él, os diga que hagan." Por
supuesto también destacamos que con la
Cruz de Jesús, consintió y cooperó por su gran deseo de la salvación del mundo.
No fue fácil para Ella, ni tampoco era fácil para su hijo, el orar, hágase tu
voluntad... Nos dirigimos a María, para que nos ayude a compartir su dedicación
total a la voluntad de Dios, en todas las circunstancias posibles.
En el mes de mayo, pensamos mucho en la gran
legionaria, la Venerable Edel Quinn. Recientemente hemos estado re-leyendo las
Notas Espirituales de Edel, y me encuentro que ella, pone todo más simple de lo
que les he estado tratando de decir en este Allocutio. Ella, escribe:
"Todo lo que Él, permite es bueno. En todas las circunstancias debemos
saber que Dios, quiere que hagamos su voluntad " Una y otra vez.
Si, Nuestro Señor, pasó treinta años en la obediencia
y en la dependencia de María, sabiendo que era la voluntad de su Padre, ¿qué
mejor ejemplo tenemos? Unidos a Él, le pedimos a María, que nos enseñe amar y a
cumplir la Voluntad de Dios, todos los días, y en todas las circunstancias de
nuestra vida. "Para decirlo suavemente, no siempre fue fácil para Edel, decir esa oración debido a su mala
salud y las constantes dificultades de una laica misionera en África, en ese
momento. En su oración ella, no trató de cambiar la voluntad de Dios, a su
propia voluntad y deseo, sino más bien doblegó su voluntad, a su voluntad y
deseo. Fue sin duda la tenacidad de su fe, en la pura bondad de la voluntad de
Dios, el secreto de su conocida alegría
y la serenidad habitual que siempre conservó ella. Le damos gracias a Dios, por
darnos legionarios que son un gran ejemplo para las filas de la propia Legión y
principio fundamental de su vida interior.
Permítanme concluir con una cita de la oración del
Beato Charles de Foucault, que nos
podría ayudar en nuestros esfuerzos para apreciar el regalo de la Voluntad de
Dios, cada vez más profundamente:
Padre,
me pongo en tus manos.
Haz
de mí lo que quieras,
Sea
lo que sea, te doy gracias
estoy
dispuesto a todo,
lo
acepto todo, con tal que
tu
voluntad se cumpla en mí
y
en todas tus criaturas.
No
deseo más, Padre.
Te
confío mi alma,
te
la doy con todo mi amor.
Porque
te amo
y
necesito darme a Ti,
ponerme
en tus manos,
sin
limitación, sin medida,
con
una confianza infinita,
porque
Tú, eres mi Padre.
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