
Comencé esta meditación citando el llamamiento del Papa Juan Pablo II en favor de sacerdotes santos en el Retiro Internacional de Sacerdotes celebrado en Roma en 1984.
Termino haciendo mía la oración conclusiva del Pontífice en esa misma ocasión: «Que la Santísima Virgen María, Madre de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote, os acompañe y os sostenga. Que os enseñe, como Madre a sus amados hijos, a decir siempre Fiat a la voluntad de Cristo, su Hijo, que os ha elegido para ser sus ministros. Que os inspire a cantar a menudo el Magnificat por las maravillas que Dios realiza en vuestra vida sacerdotal y a través de vuestro ministerio pastoral. Que Ella os lleve a imitar su Stabat al pie de la Cruz, cuando surjan dificultades, incomprensiones y sufrimientos en vuestro camino hacia la santidad perfecta. Así, con María y como Ella, gustaréis la alegría de la resurrección de Cristo y daréis testimonio al mundo entero de que Jesús es el Señor».
Su Eminencia, el Cardenal Ivan Dias, ex Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Vaticano
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