María es un instrumento vivo y dispuesto en las manos de Dios; de hecho, es su propia voluntad la que realiza la obra de Dios. El saludo del ángel, en latín, es ave, una palabra que contiene en orden inverso las letras del nombre Eva.<sup>5</sup> María es llamada a revertir la negativa de nuestros primeros padres a ser siervos gozosos de Dios; y al hacerlo, por su fiat, permite que nazca el Salvador. Este es el sentido principal en el que ella es la causa de nuestra alegría.<sup>5</sup> Mutans Hevae nomen, como lo expresa el himno Ave maris Stella.
P. Gerard Deighan, profesor de Sagrada Escritura

No hay comentarios:
Publicar un comentario