miércoles, 20 de junio de 2007

Allocutio Junio

ALLOCUTIO
Concilium Legionis
Por Fr. Bede McGregor O.P.
Director Espiritual
Junio de 2007

La Legión de María y el Sagrado Corazón


Frank Duff, nuestro fundador nació el 7 de junio de 1889 y murió el 7 de noviembre de 1980. Estas fechas tienen algo en común y es que ambas fueron Primeros Viernes, los días que se dedican a honrar al Sagrado Corazón de Jesús en la vida de la Iglesia. Probablemente el último pensamiento del Siervo de Dios, Frank Duff antes de morir fue el cuadro del Sagrado Corazón que colgaba en la pared, frente a su cama. Por supuesto, la Imagen del Sagrado Corazón desempeñó un papel significativo en muchas etapas en la vida de la Legión y todavía hacen parte en las oraciones y en la vida del apostolado legionario.

La imagen del Sagrado Corazón presidió en la primera reunión de la Legión en 1921 junto con María representada por su estatua en un pequeño altar. La jefatura de la Legión fue consagrada al Sagrado Corazón lo mismo que los oficiales de Concilium durante una Misa especial. La primera invocación que el legionario hace en las oraciones de la apertura es: “Sacratísimo Corazón de Jesús ten piedad de nosotros”. La Entronización del Sagrado Corazón es uno de los más antiguos y atesorados apostolados de la Legión y uno que el mismo Frank Duff realizaba personalmente. El mes de junio es un buen momento para reflejar y renovar nuestra devoción al Sagrado Corazón.

En las Sagradas Escrituras el corazón es el símbolo del centro y de la identidad más profunda de una persona. En el caso de Jesús significa que el amor es lo que lo define. El amor es su característica más específica. El Sagrado Corazón es en el lenguaje humano la revelación del hecho básico de que Dios es amor. En la devoción al Sagrado Corazón de Jesús estamos honrando lo humano y lo divino del amor de Jesús para cada uno de nosotros. Esto es esencialmente el Evangelio: Que Dios nos amó cuando todavía éramos inermes inmóviles. En pocas palabras, la devoción al Sagrado Corazón significa que tenemos una comprensión y una realización práctica del lugar que Jesús tiene en nuestras vidas como Dios y hombre y especialmente su amor para con nosotros. Y nosotros tratamos de responderle a Él por la devoción y la confianza a su Sagrado Corazón como símbolo de su infinito y personal amor para con nosotros. Esta devoción va al mismo corazón de la evangelización. Pues estamos llamados a permitirles saber y conocer que cada uno de ellos es infinitamente importante para Dios y eternamente amado por Él.

Recordemos al Papa León XIII por sus muchas realizaciones: pensemos, por ejemplo, en sus grandes Encíclicas Sociales, su predicación del rosario, su promoción a la enseñanza de Santo Tomás en las universidades, los seminarios y en las casas de formación religiosa. Pero él dijo que su acto de Consagración de la raza humana al Sagrado Corazón era el acto más grande de su Pontificado. Sería algo extraordinario, que un legionario pudiera decir que él o ella es un instrumento dejado por Dios para Entronizar el Sagrado Corazón en el centro de cada uno de los hogares y en las familias. La Entronización o Consagración del hogar significa colocar a Dios Amor en el centro del hogar, lugar de recordatorio y enseñanza del evangelio en medio de la familia. El Manual nos dice que este apostolado podría significar para nosotros mismos la plenitud de las doce promesas del Sagrado Corazón. Incluso el décimo: “Concederé a los sacerdotes la gracia de convertir los corazones más endurecidos”. Porque vamos por todas partes, incluso a los lugares más difíciles y prohibidos como representantes del sacerdote. Por esta razón los legionarios irán con perfecta confianza a atacar los casos calificados como “desesperados”. Sería maravilloso si cada praesidium en cada parte del mundo hiciera Entronizar el Sagrado Corazón en sus hogares como parte importante de su apostolado.

Realmente para emprender este trabajo en particular de la Legión sería conveniente orar, leer, estudiar, sobre esta devoción al Sagrado Corazón y practicarla como una manera concreta de demostrar nuestro amor y gratitud por el regalo infinito de darnos el símbolo de su Sagrado Corazón.

Por supuesto, la devoción al Corazón Inmaculado de María está asociada íntimamente a la devoción del Sagrado Corazón de Jesús. El Papa Pio XII escribió: “, La voluntad del Dios le otorgó a la Santísima Virgen María, en forma inseparable con Cristo el lograr el trabajo de la Redención del hombre, de modo que nuestra salvación fluya del amor de Jesucristo y sus sufrimientos, unidos íntimamente con el amor y los dolores de su Madre. Entonces, el pueblo cristiano, que ha obtenido la vida divina de Cristo, después de darle el homenaje debido al Sagrado Corazón de Jesús, cabe con una piedad similar manifestar a María el amor de sus almas agradecidas, a su corazón cariñoso de Divina Madre”.

Cito las palabras del Manual una vez más: “Es misión de María dar a conocer el Reino de Jesús. Hay que decir a si mismo que la Legión de María puede apropiarse especialmente la tarea de la entronización del Sagrado Corazón, lo que le atraerá, sin duda, gracias especiales del Espíritu Santo” por la propagación de esta devoción.

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