viernes, 20 de abril de 2007

Allocutio Abril

ALLOCUTIO
Concilium Legionis
Por el Padre PADRAIG O'COCHLAIN
DIRECTOR ESPIRITUAL CURIA CO. WICKLOW, IRLANDA.
Abril de 2007
Alegría de Pascua
Un saludo de alegría infinita en este 8vo día de Pascua - Domingo de la Divina Misericordia - 2 años después de la muerte de nuestro anterior Santo Padre Juan Pablo II y en víspera del cumpleaños de nuestro actual Santo Padre Benedicto XVI, que el Señor Resucitado siempre lo bendiga y proteja. La Iglesia celebra en la 8va de La Pascua, con gran alegría, la memoria del misterio central de nuestra fe “Jesucristo ha resucitado como Él lo había dicho, ¡Aleluya!” Celebramos esta época de Pascua durante 50 días antes de Pentecostés. La verdadera alegría de la Pascua la descubrimos en las bellas lecturas de la Palabra de Dios en la liturgia de la Iglesia. Nos recuerdan la diferencia inmensa entre la ausencia de Cristo y su presencia resucitada. Sin Cristo, el viernes santo, nosotros estamos perdidos, confundidos, pero superada esta deficiencia, la Resurrección nos renueva y nos restaura, del mal, del pecado y la salvación y la vida está por encima de la muerte. Los discípulos se encontraban el domingo con las puertas cerradas, asustados, pero Jesús se paró en medio de ellos y les ofreció su paz, la presencia de su Espíritu, el perdón de los pecados. A los 8 días siguientes ya estaba con ellos Tomas e hizo la profesión más profunda de la fe “Señor mío y Dios mío”, pues Él le mostró sus manos y sus pies. Nuestra fe no es simplemente una entre muchas. ¡Jesús está Resucitado! ¡Él es el Señor! ¡Él es Dios! Él está entre nosotros. Somos sus discípulos en un mundo que necesita urgente satisfacer las necesidades, de su paz, su misericordia, su perdón, su presencia y de su rostro amable. De ahora en adelante hasta Pentecostés, la Iglesia se regocija con María en la Resurrección de su Hijo Recitando la Reina Cielo en lugar de reina de los Ángeles. La Reina del cielo se regocija Aleluya, En Él, que eras digno llevar Aleluya, Ha resucitado como Él lo había dicho Aleluya, Ruega por nosotros a Dios, Aleluya. Nosotros los legionarios de María estamos llamados a llevar por toda la tierra, la buena noticia.Como María nos llenamos de alegría y el Aleluya es nuestro canto.

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