La Epifanía, este encuentro con Jesús que vive en cada uno de nuestros corazones
y en el de aquellos que sufren, nos acompañe durante todos los días de este año que comienza.
"Es posible que se vaya cayendo en esa idea de que el día de Reyes,
es el fin de la Navidad, sobre todo cuando se la considera desde
el pensamiento de la piedad popular, que a mi modo de ver
en este caso es bastante conservadora, ya
que para algunos la Navidad termina el mismo 25 de diciembre,
cuando es en realidad el verdadero inicio del tiempo litúrgico de
Navidad, el cual es precedido por la Vigilia de Navidad el
24 tarde-noche. Como tiempo litúrgico señalado por la
Santa Madre Iglesia, es decir, lo que está establecido en la
normativa que rige las Sagrada Liturgia, va desde el 25 de
diciembre hasta la Fiesta del Bautismo del Señor, la cual coincide
con el 1º domingo de Tiempo Ordinario.
Los signos externos de la Navidad por lo general son retirados en
diferentes momentos entre esas dos fechas, según el entender de
las personas, la excepción se da con el Portal, Belén o Pesebre.
Algunos hermanos, extienden la tradición de mantenerlo expuesto
hasta el 2 de febrero, día de la Presentación del Señor, concluyendo
con el Rezo del Niño, que es el Santo Rosario ofrecido al Niño Dios,
seguido de una fiesta con bocadillos tradicionales para todos los
asistentes y los que se arrimen de paso para la ocasión.
Así que la Navidad se celebra en dos maneras simultáneas:
la celebración litúrgica propia de la Iglesia y la celebración popular
marcada por las tradiciones de cada país, región, pueblo o familia".
P. Francisco Flores
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