Devoción al Corazón Inmaculado de María
Allocutio P. Bede McGregor Concilium Febrero de 2017
Uno de los principales mensajes de la Virgen de Fátima fue la devoción a su Inmaculado Corazón. Dijo a Lucía:
Sí, tomaré a Jacinta y a Francisco pronto, tú quedarás algún tiempo más. Jesús desea servirse de ti para que me
conozcan y amen. Él quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Esta devoción es tema
clave en el Manual de la Legión. Dimensión esencial de la vida interior de un auténtico legionario y su obra
apostólica.
Pero, ¿qué significa esta devoción? En lenguaje bíblico el corazón es el centro de la vida humana, donde la
razón, la voluntad, el temperamento y la sensibilidad, convergen; donde la persona encuentra su unidad y orientación
interior. Ser “consagrado” al Inmaculado Corazón de María, es hacer que el fiat, sea el centro definitivo de toda tu
vida. Es unirnos con lo que María, es: identificación plena con la
voluntad salvífica de Dios.
Esta enseñanza la encontramos en el cap. 39, p.1 del Manual:
“Todas nuestras acciones deben ratificar su «Fiat»”, “Con María
glorificad al Señor” “María es tan Madre de cada cristiano, como de
Jesucristo, y son tan necesarios su consentimiento y sus desvelos
maternales en el crecimiento diario de su Hijo en el alma de cada
hombre, como lo fueron para la concepción y el desarrollo del mismo
Redentor en su persona física.” ¿Qué implica esto para el cristiano?
que María es la representante en la ofrenda sacrificial iniciada en la
Anunciación y completada en la Cruz, que obtuvo la redención.
S. Juan Pablo II en la Encíclica Redemtoris Mater, dice: Jesús en la
Cruz confía a Juan a María “Mira a tu madre”, le presenta lo que es la esencia de la maternidad: “una relación única e
irrepetible entre dos personas”. Lo que dice a Juan, nos lo dice a cada uno de nosotros: “Mirad a vuestra Madre”, es
la esencia del Evangelio sobre María para cada cristiano y especialmente para nosotros legionarios. Palabras que
expresan la nueva maternidad de la Madre del Redentor, maternidad espiritual nacida del Misterio Pascual del
Redentor del mundo: Jesús, nos da a su Madre como respuesta al mal.
Las palabras de Cristo en la Cruz son fundamentales en la vida interior de Frank Duff y en la espiritualidad de la
Legión. Volviendo a S. Juan Pablo II sobre la maternidad espiritual de María: “Desde el momento en que Jesús en la
Cruz le dice a Juan “Mira a tu Madre”, el misterio de la maternidad de María se actualiza ilimitadamente en la
historia. Por ello María es la Madre de todos nosotros, su cuidado por la vida del hombre es universal y tiene su
comienzo en su maternal cuidado de Cristo. María, a los pies de la Cruz, aceptó a Juan y en Juan nos aceptó a
nosotros totalmente. María nos abraza con especial solicitud en el Espíritu Santo. Su maternidad para cada uno de
nosotros es total, ahora, siempre y en todas partes.
Volvamos a Fátima, donde Nuestra Señora nos dice: “Al final mi Corazón Inmaculado triunfará”. Recordamos
un texto de la Sagrada Escritura: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo, ella te aplastará la
cabeza” (Gn 3,15). Lo primero que Dios prometió a la humanidad después de la caída en el pecado original, es el
regalo de una Mujer que nos daría a nuestro Salvador, a nuestro Señor. Fátima nos recuerda todas estas verdades y
cuan profundamente las necesitamos hoy en día los cristianos, incluyendo a nuestros hermanos legionarios que son
perseguidos por su fe y tantos que están llamados a ser una presencia de María en un mundo secularizado y hostil. A
veces podemos desalentarnos en medio de esta guerra espiritual, pero la batalla no está perdida porque la victoria
viene a través de María que nos dio a Jesús. Renueva tu FIAT de la mano de María.
Tomado de:SENATUS DE MADRID • Boletín número 770
No hay comentarios:
Publicar un comentario