Hace apenas tres años,
un legionario español escribía así en María Legionis sobre Frank Duff:
"Al saludarle por primera vez te das cuenta de que se trata da un hombre
que goza de una serena paz espiritual, de una paciencia sin límites, de un
humor sano; hermano de todos, atento con todos.
A sus 88 años, conserva
íntegras sus facultades mentales, posee una memoria prodigiosa y es un pozo de
conocimientos y experiencias.
Hombre de vida austera, casi monacal, vive solo, y Únicamente acepta
el servicio de una veterana hermana legionaria para que cuide de su atuendo. Se
levanta muy temprano y todo el día lo ocupa en el estudio, la oración,
escribir, trabajar y recibir visitas y consultas legionarias Su enorme pluma,
¿cuántas páginas habrá escrito?, ¿cuántos autógrafos habrá firmado? Es una bendición
que todos les legionarios nos podamos mirar en él".
Hoy volvemos sobre la
figura de nuestro fundador por motivos bien distintos. Frank Duff nos ha dejado
para velar por su Legión, la de María, desde la gloria.
No sé si todos los legionarios se habrán dado cuenta de que estamos
ante una fecha histórica. Cuando leemos la historia de los fundadores de las
grandes órdenes religiosas, vemos que se trata de figuras que brillaron con luz
propia en el cielo de la Iglesia. Sólo en este contexto podemos entender a
Frank Duff, y su obra, la Legión de María, hoy extendida por todo el mundo.
Ha sido el propio Papa Pablo VI quien ha dicho "Desde la era de
las grandes órdenes religiosas, la Legión de María es el más grande movimiento
que se ha establecido para el bien". (La Voz de la Jerarquía, pág. 21):
pero él fue el inspirador, el iniciador, el impulsor, y el más humilde de todos
los legionarios.
Desde aquel 7 de septiembre de 1921 hasta este de
noviembre de 1980, millones de personas han militado en la Legión de María, y
muchísimas se han santificado en ella. Edel, una flor blanca en el corazón del África
negra. Alfonso Lambe, un apóstol sin estola en las inmensas latitudes de
América del Sur, por sólo citar dos ejemplos. Frank Duff es más universal, y
esperemos que, desde ahora, sea mucho más conocido por todos sus legionarios.
¿Quién era María para Frank Duff? Esta pregunta
estará en la mente de todos, y es irresistible plantearla aquí. El mismo Frank
Duff la ha respondido en cierta ocasión (ver LEGIO N? 48): "Únicamente lo
que debe ser en la vida de todo católico. Podría hablar largo tiempo de Ella,
pero encontraréis en el Manual lo que pienso de María".
Son muchos los escritos de Frank Duff, libros, artículos,
conferencias, pero el Manual es su obra. El Manual es hoy uno de los libros
más difundidos en el mundo, y refleja a la perfección al propio autor. Es el
espejo de su vida y de su espíritu. Concluyamos citando sólo un párrafo, en el
que sin pretenderlo, él mismo se nos presenta en los siguientes términos:
"La campaña ha tocado a su fin: he aquí un
legionario muerto noblemente con las armas en la mano. Por fin llegó la hora
de ser confirmado en el servicio: por toda la eternidad será legionario, porque
la Legión es quien le ha forjado su eterno destino, ha sido la médula y el
molde de su vida espiritual. Es más: en su larga y penosa travesía por este
mundo halló siempre amparo y sostén en el poder de esa súplica unánime, que
diariamente brotaba de los labios fervorosos de los legionarios, activos y
auxiliares, pidiendo que tras la lucha de esta vida se vuelva a juntar la
Legión, sin faltar uno solo, en el Reino de la Paz".
¡Qué consuelo para
todos los legionarios, para él y para nosotros! (Man. cap. XXVI).
BIOGRAFIA
Frank Duff. cumplió 91 años en junio de 1980. Cuando
nació, había muerto Don Bosco sólo un año
antes, vivía aún el Cardenal Newman.
Después de sus estudios en Blackrock
College, en Irlanda, Frank Duff entró al servicio de la Administración pública
donde rápidamente despuntó, augurándosele un futuro brillante. En medio de la
gran pobreza que entonces asolaba Irlanda, antes y después de la Primera Guerra
Mundial, el joven Duff dedicaba su tiempo libre a ayudar a los pobres de
Dublín, como socio de las Conferencias de San Vicente de Paúl.
Con
el paso del tiempo se convenció de que lo que se necesitaba aún más era una
organización que atendiera las necesidades espirituales de los menos
afortunados.
Y así fue que en
septiembre de 1921 un nuevo movimiento comenzó a existir: la Asociación de
Nuestra Señora de La Merced, que en breve cambiaría su nombre por el de la
Legión de María.
Al principio su
trabajo se limitaba a visitar a los enfermos en el asilo de beneficencia de la
calle James. La inesperada afluencia de socios que se produjo en poco tiempo,
obligó al grupo a pensar en nuevos trabajos.
Se emprendió una
campaña para apartar de la vida de pecado a las prostitutas que en número
creciente trabajaban las calles de Dublin. De hecho, la rehabilitación de
estas mujeres se convirtió en el trabajo principal, por lo que el lograr una
casa donde se las pudiera recoger, revistió carácter de urgencia.
Frank Duff se dirigió al
Presidente del nuevo Estado Irlandés, Mr. William Cosgrave. Este puso a su
disposición una buena casa de estilo georgiano, en la calle Harcourt, marcando
así un hito de gran significación en la historia de la naciente Legión de
María.
De ahí en adelante, el
Sr. Cosgrave fue un amigo de toda la vida de la Legión y su fundador. Una estrecha
amistad unió también al hermano Duff con el sucesor del Sr. Cosgrave, el
renombrado Eamon de Valera, quien asimismo fue generoso en su apoyo al
movimiento.
A tiempo que
el hermano Duff escribía una página importante en la historia de la Iglesia de
Irlanda, también desempeñaba un papel no insignificante en el desarrollo del
Estado Irlandés. Durante estos primeros años de la Legión de María, el hermano
Duff se dedicaba diligentemente a sus deberes de funcionario y antes de cumplir
los 35 años ya se movía en los niveles superiores. Por las tardes trabajaba
con la misma tenacidad y propósito para robustecer a su nuevo grupo en el apostolado
seglar.
También encontró tiempo para el refuerzo de su propia vida espiritual por
la oración, meditación y lectura. Sus libros favoritos eran "El Tratado
de la Verdadera Devoción a María" y "El Secreto de María", ambos
escritos por San Luis María de Montfort. En realidad, fueron estos escritos del
santo francés del siglo XVIII los que verdaderamente le inspiraron la fundación
de la Legión de María.
Durante los primeros años el trabajo legionario se limitaba a Dublín y se
realizaba exclusivamente por mujeres. En 1928 se dio
un paso importante,
admitiendo al primer grupo de hombres como socios del praesidium "Morning
Star" (Estrella de la mañana). El trabajo de estos hombres era el atender
a las necesidades espirituales de hombres desvalidos en un albergue que les
proveía de cena, cama y desayuno. Tres años más tarde, el albergue
"Regina Coeli" se levantó en el solar adyacente al del albergue
"Morning Star" y adosado a la Permanencia de la Legión en la Avenida
de Morning Star. Su objeto era el de asistir a mujeres desvalidas y madres
solteras con sus niños. Ambos albergues han ayudado a muchos infortunados
durante los pasados 50 años y aún siguen prestando un servicio excelente.
En 1933,
Frank Duff, contando entonces con 44 años de edad y llamado a escalar los
puestos más altos de la Administración Pública, tomó una decisión trascendental.
Dimitió con objeto de dedicarse por entero a Legión de María, que se iba
extendiendo con rapidez.
Aquel mismo
año la Legión se fundaba en las Antillas Occidentales y en África Occidental.
Ya se había establecido en Escocia, el primer enclave después de Irlanda, en
1928, en Inglaterra en 1929, en la India en 1931, en los Estados Unidos
también en 1931, en el Canadá en 1932, y en Australia en 1933.
Los años
siguientes vieron la enorme expansión dé la Legión allende los mares, en los
cinco continentes, con la inestimable ayuda de los enviados y extensionistas,
entre ellos Edel Quinn y Alfonso Lambe. Al mismo tiempo se desarrollaba la
extensa gama de trabajos legionarios como respuesta a las necesidades de los
tiempos.
¿Se podría
afirmar que este enorme impulso no habría existido a no ser por la gran fe
en María y dinamismo personal de Frank Duff? El sería el primero
en negarlo; para él su persona era la de menos. Pero no cabe duda de que poseía
un magnetismo brotado en su fe, capaz de comunicar a sus colaboradores
su propia convicción y entusiasmo. Los trabajos más significativos de la
Legión, entre ellos las visitas casa por casa, los Patricios, la Verdadera
Promoción de la Comunidad, el rescate callejero, y uno verdaderamente genial,
la Peregrinado por Christo, pueden todos haber sido o no productos de la
inspiración directa de Frank Duff, lo que sí se puede decir es que él fue su
expositor más incisivo y elocuente, su promotor más persuasivo e incansable.
Escuchando a Frank Duff o leyendo sus escritos, se sentía uno impulsado a
hacer cosas grandes por Dios y por la salvación de las almas, y se explicaba la
aparente facilidad con que los legionarios irlandeses emprendían trabajos de
verdadero heroísmo sin apenas concederle importancia.
Pero además
del propio mérito de los trabajos heroicos. Frank Duff quiso dotarlos de una
proyección especial fundada en su clara visión del futuro. Había dedicado
mucho tiempo y estudio a la conversión de Rusia y de los países del bloque
soviético, v fruto de ello fue la novedad sensacional hace once años, de la
primera visita a Rusia de un grupo de legionarios, hecho que se ha venido
repitiendo todos los años*. También fundaba grandes esperanzas en los legionarios
de Austria para una labor más sostenida de apostolado
entre los países de la Europa Oriental. Otro deseo largamente acariciado por
Frank Duff era la reapertura de la China continental a la Legión y la difusión
de la Legión por tierras del Extremo Oriente, para lo cual contaba con el
concurso de la Legión de Filipinas. Con ese fin se desplazó el P. Aedan McGrath
a dicho país, donde le sorprendió la noticia de la muerte del hermano Duff.
Como todos los grandes hombres, Frank
Duff era humilde y huía de la publicidad. No tuvo ningún interés en escribir su
autobiografía, aunque indicó que su futuro biógrafo, quienquiera que fuese,
encontraría material relevante en los archivos. Hasta el final de su vida
asistía a Misa y comulgaba diariamente, y rezaba el Oficio Divino por entero.
Acudía puntualmente a las reuniones del Concilium. Manejaba una inmensa
correspondencia, escribía incansablemente, sobre todo acerca de temas
marianos, y también dedicaba muchas horas a recibir a legionarios y otros
seglares y eclesiásticos de Irlanda y de fuera que buscaban su ayuda y consejo.
Había sido durante
mucho tiempo amigo y consejero de sacerdotes, prelados y cardenales, y fue
llamado a Roma para servir de "experto" en el tema del apostolado
seglar durante el Concilio Vaticano II.
Los Papas le
distinguieron con especial aprecio, y el encuentro de carácter extraordinario
con Juan Pablo II en los aposentos privados del Papa, en mayo de 1979, no hizo
sino estrechar más fuertemente los lazos entre estos dos hombres ya unidos por
su especial devoción a María.
ULTIMOS
MOMENTOS DEL HNO. FRANK DUFF
El Hno. Duff nos ha
dejado y ha subido al Padre silenciosamente, como de puntillas, sin ruidos. Así
fue también toda su vida.
Falleció el día 7 de
noviembre de 1980 en Dublín, poco antes de las 4 de la tarde (las 5, hora
española), en su casa. Contaba 91 años de edad.
Ese día acudió como de costumbre a Misa
de 9 en los PP. Capuchinos, y poco más
tarde, a las 11, asistió al funeral celebrado por el eterno descanso de la Una.
Joan Cronin que fue una Enviada muy activa. El Hno. Duff comulgó en ambas
celebraciones.
De regreso a su domicilio, manifestó sentirse algo indispuesto. Sus
acompañantes detuvieron un poco el coche hasta que les dijo que podían
continuar pues parecía que se le había pasado.
Llegados al albergue "Regina Coeli", donde habitualmente tomaba
su frugal almuerzo, rehusó en esta ocasión alegando que no tenía ganas de tomar
ningún alimento, y, que, siguiendo su costumbre, a esa hora, descansaría un
rato en su casa cercana al mencionado albergue.
Poco antes de las 4, la hermana legionaria que cuidaba de su
alimentación pasó al hogar del hermano Duff (que vivía solo), para preguntarle
qué deseaba que le preparase. Y fue entonces cuando descubrió su fallecimiento.
Encontró al hermano Duff en la cama, con los brazos cruzados sobre el pecho y
los ojos abiertos. Su cuerpo estaba todavía caliente.
Providencialmente
se encontraba en el Albergue masculino "Morning Star" un sacerdote
Salesiano (gran promotor de las PPC), ordenado no hace mucho, que acudió
inmediatamente dada la proximidad del lugar y le dio
la absolución.
Seguidamente le fueron administrados los Santos Oleos de la parroquia más
cercana. Fue providencial, efectivamente, la presencia del sacerdote á esa hora
en el Albergue "Morning Star". Un poco antes había ido él a la
iglesia de los Padres Franciscanos, situada en una zona bastante alejada. A su
llegada, un mendigo le pidió dinero. Le contestó que no tenía y
entró en la
iglesia. Una vez dentro reflexionó: "Si no puedo darle dinero, quizá
pueda, al menos, ayudarle de alguna manera". Y salió en su busca. Como aún
seguía allí se acercó a él preguntándole qué necesitaba. El mendigo le pidió 5
libras. El sacerdote insistió en que no las tenía, pero que posiblemente podría
ayudarle de otra forma. El mendigo le pidió entonces que al menos
le ayudara para poder pasar la noche en "Morning Star", a lo que se
ofreció muy gustoso el Padre, llevándole a dicho albergue y dejándole acogido
en él. Esta fue la razón por la que se encontraba el sacerdote a esa hora en
'Morning Star", y pudo prestar rápidamente asistencia espiritual al Hno.
Duff.
El féretro con el cuerpo del Hno. Duff
ha permanecido en el Oratorio de "Regina Coelli" hasta el miércoles
día 12, en que fue trasladado a la Iglesia de San Andrés. Los días 8, 9 y 10
(sábado, domingo y lunes) duró 24 horas el desfile de personas (siempre numeroso
e inacabable) que rendían su último tributo de gratitud y cariño a Frank Duff.
El martes, día 11 se
dispuso cortarlo a las 12 de la noche para reanudarlo a las 8 de la mañana. Y
el miércoles 12, hubo de cortarse definitivamente el desfile a las tres de la
tarde, para trasladar el cadáver a la iglesia de San Andrés, donde esa misma
tarde se celebraría una Misa oficiada por el Obispo Auxiliar de Dublín, y
concelebrada por unos quince sacerdotes. El féretro con el cuerpo del Hno. Duff
quedó en la iglesia, en espera del solemne funeral que se celebraría el jueves
día 13, es decir al día siguiente, hay que destacar que el tiempo durante
todos estos días fue frío y lluvioso, lo que no impidió la masiva asistencia
día y noche, en desfile ininterrumpido, de tantos millares de personas que
querían decir adiós en la fe al admirado y muy querido Frank Duff.
Durante los días que
permaneció su cuerpo en el Oratorio de "Regina Coelli", se celebró la
Santa Misa cada hora (día y noche), y se rezaron Rosarios en los intervalos
libres de una a otra hora.
También sería
interminable la enumeración de tantos países a que pertenecían las personas
llegadas prácticamente de todo el mundo: Francia, Italia, Inglaterra, España,
Bélgica, Canadá, Holanda, Estados Unidos, Bangkok, Ceilán, Tailandia, y en
larguísimo etcétera de personas de ambos sexos, de todas las edades, juveniles,
jóvenes y menos jóvenes, personas maduras y personas ancianas, viviendo todos la misma emoción, de pena, sí, pero no de
pena amarga irreversible, sino de gozosa esperanza en la Resurrección gloriosa,
ya que se palpaba en el ambiente la convicción de la santidad del Hno. Frank
Duff.
Han llegado,
puede decirse que en tromba, cartas y telegramas de todo el mundo. En otra hoja
de este boletín incluimos el texto del que ha cursado el Santo Padre. El Nuncio
de Su Santidad en la República de Irlanda, que se encontraba en Venezuela,
envió también un sentido telegrama lamentando sinceramente no encontrarse en
Dublín en esos momentos. Su Secretario concelebró la Misa funeral del jueves
día 13.
Entre las cartas recibidas mencionaremos solamente la de una señora de
81 años, que quería manifestar públicamente su gratitud y cariño hacia el Sr.
Duff por la Obra que fundó que fue su salvación, ya que de joven ella se
dedicaba a la prostitución hasta que los legionarios entraron en contacto con
ella enderezando totalmente su vida.
ACTOS RELIGIOSOS
Trasladado a
media tarde del miércoles día 12, el cadáver del Hno. Duff a la Iglesia de San
Andrés, y previa obtención de permiso especial para celebrar la Santa Misa de
cuerpo presente en esa hora vespertina (es costumbre solamente rezar el Santo
Rosario u otras oraciones, pero no la Eucaristía cuando se lleva a los difuntos
a la Iglesia), tuvo lugar una Misa oficiada por
el Obispo Auxiliar de
Dublín y concelebrada por unos quince sacerdotes.
Monseñor Kavanagh, Obispo Auxiliar, se refirió principalmente a la
extraordinaria humildad de Frank Duff, y "porque sé que a él no le
agradaría que hablara mucho de su persona, voy a ser brevísimo. No se puede
comprender todo el bien espiritual que hizo en el mundo con la fundación de la
Legión de María. Me referiré únicamente a los millones de Rosarios que se han
rezado en el mundo tanto por los legionarios como
por las personas por ellos contactadas
en su misión evangelizadora. Esto sólo ha sido posible a través de la Legión de
María".
Cedió después la palabra al Rvdo. J.
Ripley, miembro laureado de la Legión de María y Director Espiritual del
Senatus de Liverpool, y uno de los grandes amigos de Frank Duff desde hace 40
años.
Durante mi primera
visita a Dublín como sacerdote, fue con un grupo de legionarios a las oficinas
centrales del Concilium y pregunté a un hombre sencillo que encontré allí,
dónde estaba Frank Duff y el hombrecillo me contestó con una sonrisa:
"Soy yo". Mi amistad con Frank Duff ha sido probablemente la mayor
gracia de mi vida sacerdotal, porque supe por él lo que tiene que ser un
sacerdote apostólico, y sobre todo, la importancia de la evangelización de los
que no son católicos.
Refiriéndose a la
devoción a la Santísima Virgen que presentaba Frank Duff, dijo que no conocía a
ningún sacerdote que la presentara con mayor perfección, ya que no ofrecía una
imagen blanda, estática de la Virgen, sino que presentaba a María activa,
dinámica, fuerte.
Un eminente Jesuita,
en cierta ocasión, en una discusión en la que al menos había unos treinta sacerdotes,
dijo: "Creo que el Manual de la Legión de María es comparable por su
trabajo en el siglo XX con los ejercicios Espirituales de San Ignacio en
tiempos de la Contrareforma.
Frank Duff era un
brillante pensador. Estaba yo hablando una vez con el Ministro de Finanzas del
Gobierno Irlandés, y me dijo: "Si Frank Duff no se hubiera retirado
cuando lo hizo, hoy estaría probablemente ocupando mi puesto".
Y en esta línea continuó el P. Ripley
su sentida homilía. Por espacio de sesenta años el Hno. Duff rezó a diario el
Oficio Divino completo. Incluso —continuó el P. Ripley— en una de sus
enfermedades me dijo que se las arreglaba para rezarlo aprovechando un
intervalo de mayor consciencia. Estaba
convencido de que la santidad no consistía en "rezar oraciones" sino
en la oración-reflexión en cada momento y en vivir en unión con María con el
fin de vivir en unión con Jesús.
Manifestó
asimismo el P. Ripley que el Hno. Duff estaba al tanto de toda la teología
moderna y poseía el carisma especial de saber separar lo que era de valor de lo
que no lo era tanto.
SOLEMNE MISA FUNERAL
Se celebró en la Iglesia de San Andrés, ya que la catedral por hallarse
en obras estaba cerrada al culto. Comenzó a las 10 y terminó hacia las 11,30
horas.
Miembros de la Legión de María llegados de las más diversas partes del
mundo, se unieron a las autoridades eclesiásticas y civiles en uno de los más
grandes funerales contemplados en la ciudad a través de los años. Se calcula en
unas cuatro mil personas el número de asistentes a la Misa funeral.
El
concelebrante principal fue su Eminencia el Cardenal Tomás O'Fiaich, Arzobispo
de Armagh y Primado de Irlanda. Concelebraron con él tres Arzobispos, diez Obispos
y treinta y cinco sacerdotes. En lugares próximos al altar podía verse un
centenar largo de sacerdotes.
Varios concelebrantes distribuyeron la Sagrada Comunión a un amplio y
apiñado grupo de personas que tuvieron que permanecer en la calle frente a la
puerta principal de la Iglesia.
La música
sacra corrió a cargo de los estudiantes del Colegio de la Santa Cruz de
Clonliffe (Dublín).
Entre las
personalidades asistentes se encontraban: el Presidente de la República de
Irlanda, los Ministros de Estado y Hacienda, el Embajador de Estados Unidos, el
Lord Mayor de Dublín, el Jefe de Estado Mayor y numerosos personajes de la
Administración nacional y local, además de otras representaciones extranjeras
cuya enumeración ocuparía mucho espacio.
HOMILIA DE SU
EMINENCIA EL CARDENAL PRIMADO
El Cardenal O'Fiaich dijo en su homilía
que, si bien Frank Duff había sido consejero de Papas y Prelados, jamás perdió
la sencillez y naturalidad de un dublinés. A la vez que se mantenía en contacto
constante con la Legión de María de todo el mundo, sacaba tiempo para escuchar a unos y a otros, y sus amigos más
queridos se hallaban siempre entre los pobres de Dublín.
Aunque honrada con una
condecoración Papal y un Doctorado de la Universidad Nacional de Irlanda (entre
otros), su indumentaria preferida era un traje muy usado, y el medio de
transporte favorito, su vieja bicicleta.
En el transcurso de su
vida, la Legión ha ganado a millones de personas para Cristo a través del
contacto personal.
El Cardenal dijo que a
él no le había sorprendido que el Santo Padre hubiera invitado a Frank Duff al
Concilio Vaticano II. En efecto, en muchos aspectos —continuó— la Legión de
María había sido promotora de los ideales de aquel Concilio durante las décadas
anteriores. Podría decirse que, en el sentido espiritual, Frank Duff era un
radical, un revolucionario, porque proponía a los seglares católicos un apostolado que no se llevaba
entonces en la Iglesia. El Hno. Duff supo enseñar a los católicos normales, corrientes, a hacer grandes cosas
por Dios.
Por sus cualidades de
organizador y también por su comprensión de la debilidad humana, hizo posible
la Extensión de la Legión de María por medio de Enviados a través del mundo entero.
Empezó el trabajo ecuménico y se dedicó
a la conversión de protestantes, judíos, y de todos los que no eran católicos.
Propuso también a sus legionarios el contacto personal. Este fue su secreto de
conversión: el contacto personal espiritual con todas las almas.
Planteó a los católicos
"instalados", cómodos, la urgencia de salir a predicar el Evangelio, y propuso
al clero la absoluta necesidad de
dirigir el apostolado de evangelización de los seglares.
Le ofrecieron
ser reconocido por la Iglesia Católica Romana como "el irlandés del
siglo", pero no lo aceptó. Sin embargo, dijo el Sr. Cardenal, yo opino que
dentro de muy poco van a nombrarle "Caballero del siglo".
En la Legión de María todos se sienten hermanos, pero, hoy más que nunca
cuando se reúnen en torno a los restos de su hermano en Cristo.
A través de
este cuerpo frágil, tan delicado del Sr. Duff, se veía sin duda el espíritu de
Dios y de oración, especialmente por medio de la Virgen María. El aconsejaba
siempre a los legionarios que, antes de realizar un trabajo importante, se
encomendaran muchos a María.
Este hombre sencillo de Dublín ha sido la persona que hizo la mayor contribución
de este siglo a la Iglesia Católica. Tenía una confianza ciega en Dios y se
dedicó por entero a la Santísima Virgen, consumiéndole el celo ardiente de
ayudar a todos sus hermanos en el camino hacia el cielo. Frank Duff creía que
los católicos de hoy eran capaces de hacer cosas grandes por Cristo si la
Iglesia fuera capaz de enseñarles a hacerlas.
El Sr. Duff pudo comprobar durante su vida la Extensión casi milagrosa de
la asociación por todo el mundo. Pocos fundadores han visto los frutos con tanta
rapidez. Frank Duff no esperaba a que los milagros se obraran por sí solos. El
salía a su encuentro haciendo que se produjeran.
El Sr. Cardenal habló también de cómo Frank Duff había organizado muchas
formas de cooperar de todos los católicos en el apostolado. Nombró por ejemplo,
la asociación de Patricios, que venía a ser la preparación para enseñar a los
católicos a poner en práctica sus conocimientos de religión. Habló asimismo de
los miembros Pretorianos y dijo que el Sr. Duff introdujo en la Legión el
grado Pretoriano para unir el apostolado con la Eucaristía.
Consideraba
que los organizadores del Concilio Vaticano II vieron la
necesidad de invitar al Hno. Duff para aprender de su gran experiencia
apostólica, sobre todo con los seglares.
Frank Duff no consideraba a ningún
pecador tan malo que no pudiera convertirse, ni a ningún católico tan santo que
no pudiera aspirar a serlo más.
La obra que él formó,
además de sus actividades religiosas trabajaba en problemas sociales, ancianos,
pobres, marginados, rehabilitación de prostitutas, etc., y para estos trabajos
tuvo un gran sentido de obediencia y lealtad a la Iglesia.
LA
DESPEDIDA
Terminado el solemne
funeral, el cortejo se dirigió hacia el cementerio de Glasnevin. No hubo
coronas, sino algún sencillo ramillete de flores. En recuerdo de su afición a
la bicicleta, un Padre Pasionista que le acompañaba habitualmente en sus
paseos, había confeccionado con flores una pequeña bicicleta. Varios miles de
personas, en hileras por las calles, recitaban el Rosario.
Una vez en el cementerio, fueron
rezadas las oraciones fúnebres por el Arzobispo de Dublín, Dr. Ryan. A
continuación, y en medio de un respetuoso silencio, se rezaron todas las
oraciones legionarias, y tras desfilar prácticamente todos para mirar por
última vez el féretro, depositado ya en el panteón familiar donde reposan sus
padres y hermanos, se fue desalojando poco a poco aquel lugar.
EL
ECO DE LA NOTICIA EN ESPAÑA
El Concilium
comunicó rápidamente a todo el mundo legionario la noticia del fallecimiento
de Frank Duff, indicado el día en que tendrían lugar los funerales, y pidiendo
que todos los consejos celebrasen también la Eucaristía en esa misma fecha para
unirnos en idéntica plegaria.
Los Senatus
de España, por medio de sus corresponsales, hicieron llegar esta comunicación
a todas sus curias afiliadas, por lo que han sido numerosos los funerales que en nuestro país se han ofrecido por
Frank Duff.
En todos
ellos hemos dado las gracias a Dios por el ejemplo y la ayuda que ha sido para
nosotros en nuestra vida de cristianos y de legionarios, y le hemos pedido que
nos siga ayudando desde el cielo, donde ya hay un grupo numeroso de legionarios
en torno de la imagen real de la Virgen.
Para asistir a los funerales en Dublín se trasladaron la hermana María
Guerricagoitia del Senatus de Bilbao, D. Fernando López-Echezarreta, Director
Espiritual del Senatus de Madrid, y la Tesorera del mismo, hermana Maribel
Guzmán. D. Fernando López-Echezarreta tuvo la satisfacción de concelebrar la
Misa-Funeral.
Experimentaron en todo momento la impresión de estar asistiendo a un
acontecimiento histórico, y de que las numerosísimas personas que acudieron a
los actos tenían el semblante grave, pero no triste ni falto de esperanza, con
la impresión de haber conocido a alguien que ha vivido santamente.
Como es habitual, fueron maravillosamente acogidos a pesar de que la
organización de los actos mantenía ocupados constantemente a oficiales y
corresponsales.
Los
representantes del Senatus de Madrid pudieron permanecer durante seis días en
Dublín, aprovechando para participar en distintas reuniones, una de ellas con
los corresponsales de habla española, e incluso trabajando con los legionarios
irlandeses en rescate callejero.
Participaron asimismo en la reunión mensual del Concilium, que no
revistió carácter extraordinario como podía esperarse al estar tan reciente el
fallecimiento de nuestro fundador. Todos eran conscientes de que Frank Duff no
hubiera deseado ningún protagonismo. Sólo tres personas hablaron brevemente de
él: El Padre Hermán, a quien le unía una gran amistad desde hace mucho tiempo, así como su afición por la bicicleta, contagió a todos su desbordante
alegría cristiana por la gloria eterna que ahora posee. El hermano Enda Dunleavy, presidente del
Concilium, se refirió a la época en que conoció a Frank Duff y lo que él ha
supuesto a lo largo de toda su vida, y finalmente un enviado de Ceilán, del que
destacamos las siguientes manifestaciones: "Han hablado de él importantes
personalidades religiosas, pero yo hablo en nombre de la gente sencilla a
quienes nos dijo que -también nosotros somos importantes, que podemos aspirar a la perfección, y que podemos ser apóstoles".
De la
presencia de nuestros hermanos españoles en Dublín nos queda, además de su
testimonio verbal, un magnífico reportaje gráfico de diapositivas de todos los
actos y del ambiente legionario que han vivido durante esos días, el cual os invitamos a conocer.
En los últimos años, y especialmente durante los meses de julio y agosto, han sido numerosos los españoles
que han visitado Dublín con el fin
de conocer mejor la
cuna de la Legión de María. Participan en lo que llaman "escuela de verano",
trabajando con los legionarios irlandeses, asistiendo a juntas y conferencias,
y naturalmente a la reunión del Concilium que amplía enormemente la perspectiva que tenemos, a veces mínima, de la Legión de María.
Este año acudieron a Dublín un grupo de dieciséis legionarios españoles,
que tuvieron la suerte de asistir a unas reuniones de estudio y
diálogo sobre diversos temas, una de las cuales estuvo a cargo del hermano Frank Duff, que habló con
gran fe y calor sobre la Verdadera Devoción a María. Resaltó que la fundación de la Legión fue resultado
directo del interés despertado por esta devoción en las personas que serían
los primeros socios.
Queremos recordar también en este boletín dedicado a nuestro fundador,
la carta que en enero de 1979 dirigió a los directores espirituales de la
Legión de María reunidos en Madrid con motivo de una convivencia semanal,
transcribiendo a continuación algunos párrafos de la misma:
"En
primer término tengo que pagar una deuda de gratitud a cada sacerdote
presente. Si la Legión de María en España es lo que es hoy, es debido en gran
parte al apoyo y atención de sus directores espirituales. Por estos todos los
legionarios, en especial los oficiales del Concilium, quedan sumamente
agradecidos a nuestros directores espirituales, y rezamos a nuestra Santa Madre
para que los conserve por
muchos años en su sacerdocio.
El Manual oficial de la Legión de María
nos dice así: "aquel
que crea un ideal superior, levanta a toda la humanidad". Y luego en el mismo capítulo: "un
praesidíum viene a ser en
manos del sacerdote o del religioso como
una máquina potente, haciéndole presente en todas partes en el ejercicio de su
ministerio pastoral".
El director espiritual
que quiere encaminar a sus legionarios
a la perfección espiritual, lo puede hacer juntamente con los demás
oficiales del praesidium, asignando
a dichos legionarios los trabajos heroicos que reclaman sacrificio o mayor oración
personal del socio. Con el tiempo todo
legionario debería llegar a tomar parte
en las tareas más urgentes y a veces peligrosas del apostolado legionario. Así se llega a dar a la Legión de María la imagen auténtica suya de
idealismo y fe ciega en la Virgen Santísima. En
términos prácticos los trabajos de Peregrinatio y Exploratio son fieles portadores de dichas
cualidades, y cada director espiritual ha de invitar a sus legionarios para que tomen parte en ellos. Esta es
la obra actual de la Legión de María en España. Por medio de la Peregrinatio
pro Christo, el trabajo de conversión se hará en el extranjero, sobre todo
entre los musulmanes".
HOMILIA DE
D. JESUS GARAY, DIRECTOR ESPIRITUAL DEL
SENATUS DE BILBAO, CON
MOTIVO DEL FUNERAL POR FRANK DUFF
Una persona
troquelada en el molde de María.
Salvando las distancias normales,
quiero ofreceros la estampa de María y calcada sobre Ella, la estampa de Frank
Duff, el fundador de nuestro movimiento de la Legión de María. Creo que es un deber de
honda gratitud a Jesús, a través de María, por el inestimable regalo que han
hecho a la Iglesia y al mundo, al darnos la persona que fue el primer instrumento
de la puesta en marcha, y de su fiel custodio hasta hace unos días en la tierra
de esta organización apostólica de la Legión de María.
A Frank Duff no se le puede explicar
sin María. Sin su total vinculación con María, sería como verle sin alma, sin
su respiración y sin su alimento primordial.
María,
la pobre de Yhave, escogida para obrar las más grandes maravillas.
Esto mismo sucedió con
Frank Duff. Un seglar sencillo y célibe escogido por Dios para obrar las maravillas
de la Legión de María. Una vez más, Dios se complace para sus obras en lo
pequeño, en lo sencillo, en lo ignorado, en lo culto, en lo que parece que no
tiene importancia. Es que de esta manera se ve mejor, se destaca la obra de
Dios el rostro de Dios. Y la persona no hace sombra a Dios. Dios se
transparenta por ella. Así es Frank Duff.
María,
la descubridora del valor de la vida ordinaria, porque Dios ensalza a los
humildes.
Esto mismo sucedió con Frank Duff. Una
persona que en la raíz de su vida y de su Legión de María supo colocar el riego
fecundo de la humildad de la vida. Siempre se ha distinguido por su sencillez
encantadora. A pesar
de haber sido el primer presente en el Concilio Vaticano II y comer con el Papa en
su mesa, de ser padre de inmensas columnas de la Legión de María por el mundo,
nunca se le subió esto a la cabeza. Sus escritos abundantes, son expresión de
su alma, son un reflejo de esta sublimación de lo sencillo de cada día hecho salvación, redención y el mejor de los apostolados. Ahí está para prueba su
grandiosa valoración de los Auxiliares.
María,
la mejor discípulo de Jesús en la escucha de su palabra y en su cumplimiento.
Esto mismo sucedió con Frank Duff.
Quien repasa el Manual de la Legión de María, su obra magna, quien sigue la línea de sus abundantísimos
artículos en la revista María Legionis, de una dimensión mundial, observa que
la Sagrada Escritura, la palabra de Jesús y de Dios es constante. Intentó que
el contenido total de la Legión de María fuera la traducción global del
Evangelio, lo cual nos muestra que, como María, guardaba todas estas cosas de
Jesús en su corazón e intentaba transmitirlas
a sus legionarios.
María,
asumida como medianera en
la
muerte y resurrección de Jesús.
Este es el
santo y seña
de nuestro hermano mayor legionario Frank Duff. Fue el carisma con el que le
dotó el Espíritu Santo. Se dio cuenta de los caminos de Dios para traer la
salvación a todos los hombres: la Virgen María intermediaria. Y ahí echó los
cimientos de su querida hija: la Legión de María. Dios necesitaba de María y
María necesitaba de sus hijos
legionarios. Por esto caminó y gastó
su vida, su boca y su pluma.
María,
Madre de la Iglesia
Frank Duff es
uno de los grandes enamorados de la Iglesia. El marco en el que situó a la Legión de María es el
Cuerpo Místico de Cristo, en el corazón mismo del pueblo de Dios, el Reino anunciado por Jesús y presente
en la tierra. Dentro de los límites de la Iglesia y fuera de ella, nadie ha
valorado como él todos los miembros de este Cuerpo de Cristo. Sobre todo es un
promotor único del valor del seglar en la Iglesia; siempre lo consideró como mayor de edad dentro de las
comunidades eclesiales, y además, sin distinción de sexos. Descubrió desde
siempre el papel singular del laico en su corresponsabilidad en la Iglesia, con una gran veneración hacia la
Jerarquía de la misma.
María, Asumpta
a los cielos.
También a
nuestro hermano Frank Duff le ha llegado su hora de reposar en los brazos
amorosos de Dios. Me figuro su encuentro con la Virgen María! cara a cara, como
consecuencia de sus encuentros con María en la tierra
corazón con corazón. Se lo merecía. Se cumple lo dicho por Jesús:
"Bienaventurados los pobres". Un hombre como Frank Duff, que situó
las oficinas de la Legión de María junto a una capilla, en donde el Santísimo
está constantemente expuesto, y rodeado de dos residencias para todo el
desperdicio de Dublín, junto a la Legión de María extendida por todo el mundo,
es esperado en la felicidad del cielo con los mejores trofeos que se pueden
llevar de la tierra.
Pero María,
con su Legión y con Frank Duff como un nuevo intercesor, siguen
Despedirnos en la fe en esta
Eucaristía, supone para nosotros, legionarios, un momento decisivo en nuestra
historia legionaria. Nos compromete a vivir mejor esta consigna que el Papa
Pablo VI daba a Frank Duff:
"Quitad un hilo y
deshacéis la trama; romped de teclas mil una sola, y en todas ellas brama su
triste voz sutil"
Nos compromete a una total lealtad
legionaria.
LA NOTICIA EN LA PRENSA
Catholic Hehald & STANDARD
Frank Duff ha rendido
un servicio descollante al cristianismo en este siglo, al dar la Legión de
María a Irlanda y al mundo entero.
¡Qué gran logro ha
sido su vida! Brotando de la inspiración de un hombre, ha evolucionado dentro
de la Iglesia una organización de renombre internacional, cristalizando en un
cristianismo práctico de cada día, los muchos aspectos de ese indispensable
amor a María que ha caracterizado al catolicismo a lo largo de los turbulentos
siglos de la fe en Europa.
El Sr. Duff merece todo elogio por
haber elaborado, desde la Irlanda de los años 20, una organización de auto santificación
y servicio, no para órdenes religiosas, sino para católicos seglares normales
que desean, muchas veces sin darse cuenta, desarrollar aquel amor y devoción a
María del que fue testimonio la tenacidad con que nuestros antecesores
se aferraban al Rosario como uno de los
medios principales para salvar la fe durante siglos de persecución religiosa.
Catholic HERALD
De la idea de la mediación de María,
Frank Duff extrajo toda una teoría del apostolado, y sobre ella construyó un
programa entero que llevó al seglar a su realización dentro del Cuerpo
Místico.
Esto fue 40 años antes
del Concilio Vaticano II, cuando había todo un mundo de ideas rancias,
prejuicios > miedos que superar.
Frank Duff tuvo la dicha
de ver su obra bendecida por un Papa tras otro, oír el tributo que le dedicó, en
el Concilio Vaticano el Arzobispo de Westminster, Cárdena! Heenan,
y alcanzar un puesto sin rival en la Iglesia.
El Manual que escribió para la Legión
es la obra más traducida que jamás escribiera autor irlandés alguno.
Era un hombre con una
rara habilidad para traducir intuiciones profundas y creadoras en forma de
estructuras organizadas y permanentes.
Y
A
A la edad de 90 años ha
fallecido en Dublín, el día 7 de noviembre, el fundador de la Legión de
María, Frank Duff, hombre de alta espiritualidad y de rara sencillez de vida.
La Legión de María nació oficialmente el día 7 de septiembre de 1921, teniendo
como fin el apostolado activo inspirado en la función extraordinaria de María en
el plan de la salvación. Se calcula que la Legión de María,
plenamente dependiente de la Jerarquía local, está presente hoy en cerca de
dos mil' diócesis con varios millones de miembros activos, a los
cuales hay que añadir algunos más de miembros auxiliares.
The UNIVERSE
Un gran
hombre ha muerto. La contribución de Frank Duff a la Iglesia universal
ha sido enorme.
Fue un pionero del movimiento de
apostolado seglar, y la Legión de María que él fundó, ha sido un
instrumento poderoso en la difusión del Evangelio y en el desarrollo de
la Iglesia en muchas tierras.
Frank Duff debe ser reconocido como uno
de los grandes católicos de esta centuria.
Su grandeza puede se calibrada
por el hecho de que la Legión de María funciona en la mayoría de las diócesis
de todo el mundo.
L'OSSERVATORE
ROMANO
Con la muerte de Frank Duff, desaparece
una de las más luminosas figuras del apostolado seglar. Fundador de la
"Legión de María", hombre de elevada espiritualidad y de rara
sencillez de vida, Duff era desde hacía sesenta años el animador de un
movimiento en el que se reconocen millones de personas de todo el mundo.
Se ha apagado serenamente
al volver del funeral de un miembro de la Legión en "Mary House", un
edificio que representa simbólicamente la primera gran obra social del
movimiento: el saneamiento moral de uno de los barrios de peor fama de la
ciudad.
Era el 7 de noviembre de 1921 vigilia
de la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora, cuando en una reunión de un
pequeño grupo de seglares nació oficialmente la Legión de María para un
apostolado vivo inspirado en la certidumbre de la función extraordinaria de María
en el plan salvífico. El movimiento se desarrolló con admirable rapidez en
Dublín y en toda Irlanda. Se recorrían las casas, se visitaban los hospitales,
orientándose hacia los ambientes más humildes y marginados. La idea se difundió
pronto en Inglaterra y en otros países de habla inglesa, y poco a poco en todo
el mundo, especialmente durante y después de la guerra. Precisamente gracias a
un grupo de soldados irlandeses e ingleses la Legión de María llegó también a
Italia.
Hoy se ha extendido el
movimiento por todo el mundo, bajo la dirección sabia y humilde de Frank Duff,
enérgico y emprendedor hasta los últimos años de su vida. Se puede calcular que
los legionarios, que se ponen directamente al servicio de las jerarquías
locales, esto es, de los Obispos y los Párrocos, están presentes actualmente en
miles de diócesis con un número incontable de miembros activos y auxiliares.
Esta presencia es un
verdadero tesoro, por ejemplo, para Africa y Asia, en donde su ayuda a los
misioneros con un apostolado cotidiano, constituye un precioso testimonio,
llevado hasta el límite del sacrificio. ¿Cómo no recordar a los millares de
legionarios prisioneros o asesinados en China, o víctimas de situaciones
difíciles? ¿Y cómo no recordar ejemplos luminosos de fe vivida, como el de Edel
Quinn, joven irlandesa legionaria en Africa, muerta a los treinta y siete
años, de quien está introducido el proceso de beatificación?
"La Legión de
María representa el verdadero rostro de la Iglesia Católica", escribió
Juan XXIII. Y Pablo VI, en una carta dirigida a través del Cardenal Secretario
de Estado Hamleto Cicognani, resumía así el empeño de este movimiento:
"Si justamente la Legión de María se alimenta fructuosamente de la
vigorosa vida interior de sus miembros, de su disciplina, de su entrega a la
salvación de sus hermanos, de una fidelidad a toda prueba a la Iglesia, se
distingue y caracteriza sobre todo por una confianza inquebrantable en la
acción maternal de la Virgen bendita.
Viendo
en Ella el modelo, la guía, el gozo y protección de todos sus miembros, la
Legión de María, con la elocuencia de los hechos, muestra hasta qué punto se
inspira su apostolado; recibe la inspiración de Aquella que, habiendo dado a
Cristo al mundo, está estrechamente asociada a El a la obra redentora".
No es fácil trazar el
perfil biográfico de Frank Duff. Debería citarse sus escritos, y habría que
recordar sus encuentros y entrevistas, sus conferencias, su presencia siempre
discreta y puntual. Una de estas presencias sirve para valorar su iniciativa:
la participación de este hombre entre los poquísimos seglares que asistieron a
la última sesión del Concilio Ecuménico, ese Concilio que había de rubricar con
la autoridad de sus documentos aquel patrimonio de piedad mañana y de fe
vivida que es la base del movimiento.
La
noticia de la muerte de Frank Duff ha suscitado gran emoción en Irlanda, donde
era muy conocido por su constante presencia eclesial y por sus continuas intervenciones
escritas en diarios y revistas. "Ha sido una gran pérdida para nosotros,
nos ha dicho el actual presidente de la Legión de María, Mr. Dunleavy, pero
también para todo el país. Hasta el último momento Duff ha trabajado con
nosotros, siguiendo puntualmente la evolución del movimiento y dedicándole
todas sus energías. Su imprevista desaparición ha dejado un gran vacío. Pero
aún ahora nos llega de él un fuerte estímulo para seguir trabajando: trabajar
duramente, intensamente, porque tenemos en cuenta las exigencias misioneras de
la Iglesia y a esta tarea dedicamos toda nuestra vida".
El Asistente diocesano de la Legión en
Roma, P. Pablo Rime, al conocer la noticia de su muerte ha expresado así el
sentimiento de los legionarios de la diócesis: "La noticia inesperada de
la muerte de Frank Duff, fundador de la Legión de María, afecta dolorosa
mente a los legionarios de Roma, que
han podido verle más de una vez, escucharlo, recibir sus consignas y constatar
en aquel hombre un espíritu de fe extraordinario y un celo apostólico
excepcional, que le llevaba con humildad y sencillez a actuaciones audaces.
Estamos seguros de que la Legión de María, estimulada por el ejemplo de su
Fundador, sabrá continuar, en la diócesis de Roma, el trabajo apostólico de
esta gran figura de nuestro tiempo".
Texto
del telegrama dirigido por el Santo Padre
al Concilium Legionis de Dublín.
LA LEGION DE MARIA DE TODO EL MUNDO SE
ENTRISTECE POR LA MUERTE DE SU FUNDADOR FRANK DUFF. YO ME UNO A TODOS LOS
LEGIONARIOS ROGANDO POR EL ETERNO DESCANSO DE SU ALMA. LA ASOCIACION POR EL
FUNDADA HA DESPERTADO EN LOS CATOLICOS SEGLARES LA NECESIDAD INDISPENSABLE DE
LA EVANGELIZACION Y SANTIFICACION Y A TRAVES DE ESTA ASOCIACION LOS CATOLICOS
HAN APRENDIDO A SER APOSTOLES EFECTIVOS Y CELOSOS. A TODOS LOS LEGIONARIOS LES
DOY MI BENDICION APOSTÖLICA COMO CONSUELO EN SU MOMENTO DE DOLOR Y TAMBIÉN
PARA ANIMARLES DE CARA A SUS FUTUROS TRABAJOS APOSTOLICOS.
JUAN
PABLO 11
CHARLA DEL HERMANO FRANK
DUFF
(Dictada
el 1° de Noviembre, seis días antes de su muerte)
Hace
algún tiempo el Excelentísimo Cardenal Bafili, encargado en aquel entonces de
la Congregación Romana para Canonizaciones, recomendó con fuerza la Oración de
la Legión que es una petición de FE. Insistió en que la FE es base esencial de
la Religión, sin la cual nada podemos hacer.
¿Qué significa FE? Propiamente hablando la FE debe ser
completa, naturalmente, tratándose nada menos que de la FE CATOLICA. No es
suficiente decir que uno cree en Dios, porque ello quedaría reducido a algo tan
vago que apenas equivaldría a nada. Así pues, la FE debe entenderse como una
creencia en la Iglesia Católica.
Pero
aún dentro de la Iglesia Católica pueden haber sospechosas propuestas.
¿Quiénes
son estas figuras extraordinarias, muchas de las cuales enseñan Religión, que
parecen intentar la desintegración de la FE CATOLICA? Están atacando todo
cuanto nosotros hemos acogido siempre como sagrado. Por ejemplo, personas
prominentes están proponiendo que las doctrinas sobre la Inmaculada Concepción
y la Asunción debieran ser opcionales. Alegan que ese facilitar su esfuerzo
sobre la FE sería seguido por el ingreso de muchos en la Iglesia, como si la
idea de Conversión fuera conseguir gentes a cualquier precio. Por otra parte no
parecen preocupados por el hecho de que su propuesta supondría un mentís a la
infalibilidad Papal y arruinaría, por tanto, la Iglesia.
Pero
quizá ellos rechazan también la Infalibilidad Papal y desean reemplazarla por
la Infalibilidad de la Iglesia. Es posible que tales personas no puedan ver que
esta grieta y este cambio sobre la Infalibilidad, demolerían la credibilidad
en la Iglesia Católica.
Posiblemente podríamos equivocarnos si
pensáramos que la Inmaculada Concepción y la Asunción son las únicas doctrinas
sobre Nuestra Señora motivo de objeción. Aparentemente, algunas personas no
tienen otra idea sino la de que Ella, la Santísima Virgen, es un
obstáculo para el ingreso de Protestantes en la Iglesia. De ahí que el
objetivo deba ser ¿desembarazarse de este obstáculo? Evidentemente,
la pureza de la FE importa, pero poco; la consideración suprema es ganar seguidores.
Por eso se ha emprendido una campaña de rebajamiento de María. Es demasiada
devoción —dicen ellos—. Ella sobresale en el camino de devoción a Jesús. Suplanta
al Espíritu Santo en las mentes de las personas. La Iglesia Católica se ha
reducido a la Mariolatría. Y así sucesivamente en su afrentosa letanía.
El efecto de tales
expresiones procedentes de personas con cierta autoridad y con apariencia de
gran ilustración, es, evidentemente, diabólico. Hiere a la raíz de la
Mariología y ha alejado de Nuestra Señora a multitudes.
Y ¿cuál ha sido el
resultado? Aquellos millones que se suponía alejados por causa de la Virgen
María ¿se precipitaron dentro de la Iglesia? ¡No! Lo más seguro
es que no ha entrado nadie con aquella etiqueta de "¡abajo
María!". Justamente ha sucedido lo contrario. El supremo ganador de
conversos hoy, es la LEGION DE MARIA. Y ¿no sugiere esto que María es parte del
magnetismo que arrastra hacia adentro a todos aquellos conversos?
Indiscutiblemente,
aquel rebajamiento de Nuestra Señora no atrae conversos. Y tenemos por otro
lado el efecto de aquel desfiguramiento de la Iglesia en el hecho de que hayan
cesado en sus prácticas tantos millones. Esto es, claramente, lo que está
sucediendo. La Iglesia es sólo atractiva para la extensión de la Verdad, y es
sólo Verdad cuando extiende correctamente todas sus doctrinas. El dejar fuera a
María equivaldría a alterar su apariencia y su carácter a un grado tal que no
fuera reconocible.
La Iglesia
sin María ¿sería identificada como la Iglesia Católica? Resulta más que dudoso.
Ciertamente, Dios no reconocería en tal producto la Obra Redentora que El
proyectó antes de todos los siglos. Porque aquel proyecto hizo a María primera
en orden de tiempo, y esencial en orden de importancia. El montó el futuro
sobre Ella. Ella no fue su elemento primario; lo fue Jesús. Pero Ella sola
trajo aquel Elemento primario y, por consiguiente, es parte del Plan Divino en toda
su extensión, de forma que, radicalmente, disminuirla a Ella es sabotear el
provecto.
Echemos una mirada hacia lo que la Santísima Trinidad pensó para Ella
desde toda la eternidad. Ella fue escogida para ser la Servidora, la Madre del
Redentor y Su leal cooperadora. Le iba a ser ofrecida la Salvación del mundo para
recibirla o rechazarla. Fue una transacción real, como lo fue subsiguientemente
su asentamiento a la muerte de su Hijo. Su voluntad no fue puesta a un lado,
ni tampoco presionada, pero sus decisiones fueron seguras, firmes. Nosotros
debemos comprender qué significa todo esto. Ocurrió que Ella fue llevada a una
casi-identidad no Personificándose en Ella, porque esto se interponía con el
Plan Divino, que exigía que María fuera completamente humana, de forma que
fuese absolutamente representativa del género humano. Esto era imperativo.
El elemento
clave del designio total era que se permitiese al hombre contribuir a la
máxima extensión posible en la tarea de su propia salvación. (San Pablo a los
Filipenses, 2, 12). En este convenio María establecería el modelo y sería el
principal exponente. La Teología la describe como la Nueva Eva y añade su
participación esencial como mujer que dio vuelta a la fatal acción de Eva en la
Caída. Con la diferencia de que en el paralelo de Jesús y María todo toca lo
Infinito.
Aun cuando Ella no es divina, su unión con el Espíritu Santo es tan
estrecha que sólo tiene que desear, y su deseo es concedido. Ella ve siempre y
en cada detalle,
Su voluntad, y la refleja en la acción. Es tal la relación
entre Ellos, que el Espíritu Santo podría —es un decir— entregar a Ella la
total dirección de los asuntos y no obstante todo seguiría exactamente igual.
Observarán que esto es lo que ustedes
han conocido en la Promesa Legionaria. Recientemente, en una Peregrinación a
Inglaterra un Sacerdote sugirió que la Promesa Legionaria pudiera excluirse de
la Legión. Este es el caso probablemente; pero, ¿por qué no, si la Legión cree
que sus fines serán servidos sólo por miembros que poseen un conocimiento
correcto del lugar que ocupa Nuestra Señora? Ella puede poner solamente por
delante su poder real (lo que los santos llaman su casi correspondencia), a
través de material que tiene alguna afinidad con Ella. ¿Pero qué afinidad tiene
Ella con el que duda, con el picapleitos? Sin embargo, cuando Ella encuentra
almas afines, cuan hábil es para ensalzarlas. En ellas encuentra la palanca de
Arquímedes que puede mover el mundo. . .
Un día, hace ya
tiempo, algunas personas que pronto llegaron a ser las primeras Legionarias,
invertían gran número de horas discutiendo acerca del papel de María en el Plan
Divino tal como lo presentaba la Verdadera Devoción de San Luis María Grignon
de Montfort. Una santa curiosidad me hizo llegar hasta ellas. Se trataba de
personas sencillas y a ninguna se le ocurría adoptar una actitud de duda.
Hacían preguntas. El motivo de estar allí era conseguir información. Al final
de la sesión estaban satisfechos. Se sentían contentas de saber que Nuestra
Señora era tan grande, mucho más de lo que ellas habían pensado. La idea fue
como un alimento para sus almas y aparentemente venía a establecer una nueva
relación con Ella.
Diecisiete días más
tarde y como consecuencia de una serie de circunstancias, aquellas personas
vinieron juntas, de nuevo, y a otra habitación de los mismos locales, con las
mismas premisas. Su propósito era formar la Legión de María. En aquél escenario
sus espíritus volvieron a la discusión previa sobre Nuestra Señora, y su idea
brotó automáticamente de allí. Ellas razonaron ¿Como uno poner en
juego esa cuasi-omnipotencia de María
en una sociedad apostólica?
Alli no se habló de constituir a María la patrona de sus operaciones, ni siquiera se hizo la sugerencia
porque ahora la veían a Ella como demasiado grande para esto.
En aquella categoría entraban los
grandes santos, María es el
Arbitro de la salvación del mundo, la Madre de Dios y de los hombres. Esposa del Espíritu Santo. Mediadora. ¿Cómo podía comunicarse todo ello a
un grupo de personas que desean hacer
algo por las almas?
Ellas habían venido dándole vueltas a una forma de
organización. Todo lo que consideraron
necesario hacer, fue volver
hacia el radiante personaje, sobre el cual habían aprendido cosas tan vitales, y decirle:
"¡Guíanos!". Y Ella
lo hizo. Y comenzó la campaña que iba a llevarles a todos los países del mundo.
Cincuenta años o algo más tarde, el Papa Pablo haría
un par de importantes comentarios concernientes a aquella nueva Obra, ahora
crecida ya a cierto tamaño Declaró el Papa que era el más importante desarrollo
en la Iglesia desde el levantamiento de las grandes Órdenes Religiosas. Añadió
que lo que a él más le gustaba de ella era cómo utilizaba a las gentes sencillas
del mundo.
Previamente,
ya el Papa Juan dijo algo que es lo más preciado de todo, a saber: "que la
LEGION DE MARIA presenta la verdadera faz de la Iglesia Católica". Esa
frase toca el techo más alto y no es necesario decir más, excepto insistir en
que María es la razón de todo cuanto se ha logrado.
Ustedes han rendido a la Legión el homenaje de
adoptarla y de haber puesto sus corazones en ella. No se vuelvan jamás atrás en
ese acto de FE en Nuestra Señora. No permitan que haya nunca en sus mentes un
pensamiento de desestimación hacia Ella. Porque por mucho que haya crecido
nuestro conocimiento sobre ella, todavía estaremos sólo débiles en ese
crecimiento.
"Las
conquistas vienen a través de María", dice el actual Santo Padre. Y
justamente ahora nosotros estamos comprometidos en un sueño especial de
conquista. Estamos mirando a Asia y preguntándonos cómo vamos a asentar la
influencia-maternal de María, rebosando sobre aquel Continente donde vive la
mayor parte del género humano, pocos de ellos cristianos. Nosotros miramos a
Filipinas como ingrediente principal de este sueño de FE. Aquel país, declarado
en 1930 hallarse tan derrumbado religiosamente como para considerar
virtualmente imposible su recuperación, fue llevado rápidamente a las
prácticas por la Legión. Tanto, en realidad, que el entonces Arzobispo
O'Doherty, de Manila, les propondría la conversión del Este. "¿Por qué
no?" dijo "¿No son ustedes la única nación Católica de Oriente?"
Cuando en
principio escuchamos nosotros aquella sublime sugerencia, inmediatamente vino a
nuestras mentes que, un millar de años antes, Irlanda había llevado a cabo una
proeza de no menor imposibilidad, devolviendo Europa a la Fe después de su
hundimiento con el Imperio Romano. Aquella fue la epopeya a partir de la cual
hemos derivado su nombre hacia PEREGRINATIO PRO CHRISTO.
Hace varios años que "MARIA LEGIONIS" tuvo una portada que
mostraba a Nuestra Señora en medio de los Apóstoles, en una reunión
planificadora. El cuadro trataba de retratar algo que realmente debió ocurrir.
Indudablemente los Apóstoles se reunieron con el propósito de señalar distritos
para evangelización, al tiempo, ciertamente, que tenían a Nuestra Señora en su
centro. Ante ellos una especie de mapa del mundo conocido, probablemente con
las partes más cercanas suficientemente precisas, y menos las más alejadas,
variando los Permitidme mencionar como punto relevante, que las paredes de un
gran pasillo del Vaticano, están completamente decoradas con mapas primitivos
de cada parte del mundo. Estos mapas fueron recopilados con reportajes traídos
a casa por misioneros y exploradores. Nadie se ha percatado de cuan deudores
somos en ese aspecto, de los Misioneros.
Vuelvo otra
vez a aquella reunión de Nuestra Señora, San Pedro y los apóstoles. Tratemos de
imaginar la afanosa
devoción con la que parcelarían todos aquellos distritos. Cada cual proponía
almas por las cuales Jesucristo había muerto y a las que había que dárselo.
Necesariamente tenían que aparecer primero los lugares que ellos conocían algo.
Pero como el mundo aparecía a
la vista, la noticia tenía que ser llevada. Ustedes ven semejante proceso de
trabajo intenso en vidas tales como la de San Francisco
Javier. El Oriente estaba dispuesto, ' finalmente, Japón y China. Ahora cada
lugar de la tierra es conocido y ¡espera!
Hace un mes
más o menos estuvimos presentes en una especie de chispita de aquella poderosa
reunión planificadora original. Fue un día de planificación preparada por
nuestro Comité de Peregrinatio, y los Oficiales del Concilium fuimos invitados a ella. Los miembros del Comité se hallaban
alrededor de Nuestra Señora representada por su imagen. Ante ellos había varios
mapas que abarcan todo el mundo en profundo y esmerado detalle. Los ojos de
todos los presentes recorrieron todos aquellos mapas durante el día. Sus mentes
estaban absortas en la
idea de cómo debe transmitirse la Fe Católica a tres mil quinientos millones de
personas que no la tienen, pensando al mismo tiempo en los quinientos millones
que tienen Fe pero pudieran
mejorarla. Un escéptico, contemplando aquel grupo tan intensamente ocupado,
pudiera ser casi dispensado ante una despectiva valoración. Estaban fuera de
sus sentidos. ¿Qué podían hacer ellos en un problema de tal infinitud?
Pero ahí es donde el despectivo estaría equivocado.
Puede hacerse mucho en este aspecto porque la Divina infinitud obra contra
aquel insoluble problema. Brotan ideas, son discutidas, referidas a Jesús y a
María, y luego las ponen en práctica. Las almas son tocadas y comienza la expansión.
Se ha puesto en marcha la evangelización en algunos lugares más. La vida
católica está en marcha. Quizás aquellos lugares jugarán un valioso papel en
días futuros transmitiendo la FE a otros. Recordad lo que acabo de
decir respecto a Filipinas. Hace cincuenta años formaban parte del triste
problema. Actualmente depositamos en ellos la mayor parte de nuestra
esperanza. ¡Qué contraste!
Nosotros vemos que ello puede reducirse
más bien a un proceso mecánico. Si hacemos nuestro ferviente acto de fe en
Jesús y en María, y luego confiamos el problema al sistema de la Legión, es
casi como ponerlo en una cinta transportadora. Ese es el camino. El camino
¿hacia dónde? Inevitablemente a una inmensidad que no puede ser medida por
nuestra pobre contribución, sino por el Poder y el Amor del Cielo. Las perspectivas
son interminables si nosotros vamos de la mano de María. No habrá en nuestro
camino un letrero que diga: "Hasta aquí irás, pero no más lejos".
Así, debemos introducir a otros en
nuestros planes hasta que todos aquellos pequeños nidos de creyentes
apostólicos sean legión en número y en nombre. Realmente ¿podemos nosotros
inducir a cada legionario del mundo a entregarse a este sueño sobre las almas?
Si cada uno pudiera ser inducido a
rezar un minuto del día sobre un mapa del mundo, se produciría una brecha de
entrada para la operación maternal de María. Y ello es parte de su oficio
maternal, que Ella toma en cualquier oportunidad. Nada es más cierto que algo
ocurriría. Soñando con María tendríamos la más sólida de las acciones para que
Ella añada lo Suyo en lo esencial. El único error que podemos cometer nosotros
es soñar a un nivel muy bajo, donde la FE es floja y débil.
Por tanto,
debemos pensar en términos aparentemente imposibles: la conquista del mundo de
las almas. María hará que el sueño se convierta en realidad.
Folleto editado por el Senatus de la
Legión de María
Sur-américa - Colombia - Medellín.
Sur-américa - Colombia - Medellín.
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